Imagina que lanzaste un videojuego desarrollado por ti o tu equipo y al cabo de un tiempo te enteras que muchos que lo juegan silencian el audio para jugarlo sin sonido o sin música, y entre otras razones, lo hacen porque lo disfrutan mejor.
¿Cómo es posible que disfruten más el juego sin el sonido? ¿Qué ha pasado? ¿Qué hemos hecho mal?
Tranquilo, esto pasa muy a menudo.
Es algo que frustra a los desarrolladores de juegos, ya que no han puesto el sonido para que sea apreciado en sí mismo (que también), sino para que, sobretodo, potencie la experiencia de juego.
Además, no han invertido parte de su presupuesto en él para, digamos, tirarlo a la basura.
Y de la misma manera, es algo que también puede frustrar a los ingenieros de sonido y a los compositores de música para videojuegos, ya que, como todo artista, nos gusta que nuestro trabajo sea apreciado.
Este fenómeno ni siquiera pasa desapercibido, son muchos los gamers que confiesan que quitan el volumen cuando juegan. Algunos lo confiesan arrepentidos y otros impasibles, pero en ambos casos argumentan sus razones, razones que a veces son comprensibles.
Y es que no lo hacen por un único motivo. Los casos de silenciar el audio de un videojuego dependen de diversos factores, y muchos se pueden corregir, pero otros son inevitables.
Veamos, por tanto, a qué razones se atribuyen estos casos y cómo podremos evitarlos a la hora de diseñar nuestro videojuego.
¿Por qué los gamers quitan el audio a los videojuegos?
Ante todo, hay que tener claro que el apartado sonoro en un videojuego muchas veces no es considerado como algo principal. Con el sonido se le ofrece al jugador una mejora de la estética, sin embargo es él quien decide hasta qué punto quiere introducirse en ella.
Es decir, no hay que sentirse despreciado si el gamer silencia el audio.
Todos, cuando realizamos una actividad que nos gusta, queremos centrarnos en ella y olvidarnos de aquello que nos distraiga. Y cuando dicha actividad representa un reto, mejor queremos adentrarnos; no queremos que haya algo que nos moleste.
Sí, esa es una de las razones por las cuales los jugadores bajan el volumen o silencian un juego: porque les molesta el sonido.
Esto depende de la persona, hay quien se concentra mejor realizando una actividad cuando hay música, y hay quien no.
Por ejemplo, si silencias el audio en un videojuego de terror, dejarás de sentir tanto miedo y podrás jugar con mayor facilidad. Justamente porque este tipo de sonido y música de horror están diseñados para alimentar el terror en el jugador, y el terror desconcentra.
Claro, silenciar el audio en ese caso sería como hacer trampas.
Otra de las razones es obvia y, a veces, por mucho esfuerzo que los desarrolladores hagan por evitarlo, se hace el silencio. Y no es que la música del juego le moleste al jugador, sino a los que están a su alrededor. Es porque están en un lugar público donde se ruega silencio.
También hay quien dice que los más jóvenes serán siempre quienes más silencien el audio debido a que “su alma” todavía no ha madurado sentimentalmente hasta el punto de permitir que la música potencie sus emociones.
Pero no tratemos de librarnos de responsabilidades. El jugador ha silenciado la música del videojuego, o los efectos de sonido. Algo hemos hecho mal. Y, en efecto, en algunos casos la culpa es de los desarrolladores del juego.
Puede ser que la banda sonora no sea del agrado del espectador o puede ser que parte de ella, en un momento determinado del juego, esté mal configurada, mal mezclada, o incluso música mal compuesta, y esto provoque molestia al oyente.
Sobra decir que si las canciones que suenan son aburridas, ruidosas o muy repetitivas, ya podemos esperarnos un “mute” directo.
Sea lo que sea, si hacemos un buen trabajo con el sonido, si la música especialmente es de calidad y mejora indispensablemente la experiencia de juego, el jugador no querrá quitar el audio. Incluso si está en un lugar público, se guardará las ganas de jugar hasta llegar a casa o encontrarse en un lugar más cómodo para disfrutar del juego con todos sus apartados, incluido, por supuesto, el apartado sonoro.
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¿DE QUÉ HABLAS?
5 tips para evitar que el jugador le quite el sonido a tu juego
Independientemente de que el sonido sea un apartado que muchos consideren como algo secundario, es un incentivo a la buena estética en un videojuego o aplicación móvil.
La música por sí misma puede contar historias y los efectos sonoros otorgan realismo.
No debemos pasar por alto este apartado si queremos dotar de mayor atractivo y reconocimiento a un juego.
Por lo tanto, debemos motivar al jugador a que disfrute de la experiencia con todos sus aspectos. Y aquí unos consejos para conseguir que no silencie el audio:
1. Debe estar ahí por alguna razón
Si el avatar golpea con su espada, el efecto de sonido será el propio de una espada, no puede sonar un palo o algo que se le parezca.
A veces, como desarrollador independiente, uno no encuentra el efecto sonoro que busca, y usa cualquier cosa que a él se le hace parecida, y ahí está el error. Puede que a los jugadores ese sonido no se les haga parecido a una espada sino a un burro cantando.
Lo mismo ocurre con la música, ésta debe acompañar un acontecimiento y potenciar la emoción, si no, sobra. Debe estar ahí por una función clara. No es sólo el hecho de ambientar adecuadamente el género, como que la música chiptune va bien con los juegos retro.
Lo cierto es que hay un gran motivo por el que se le pone música a los juegos y muchos diseñadores de juegos independientes no lo conocen. Ellos dan por hecho que la música debe estar ahí, pero ¿saben por qué? No.
Y por eso a veces puede fallar este apartado, hacen que la música no realce la emoción, sino que aburra.
La música para videojuegos es como los ingredientes en la comida, si le echas azúcar al pescado, nadie se lo comerá. Hay que saber cocinar una buena banda sonora original.
2. Con jugabilidad sonora
Cada vez hay más juegos que apuestan por centrar su jugabilidad en el sonido.
Por ejemplo, en algunos juegos de acción en tiempo real, durante las batallas, es posible esquivar a oído el ataque de los enemigos.
Un ejemplo para apostar por la jugabilidad sonora, sería añadir mini-juegos o puzles donde fuera necesario escuchar el sonido para resolverlos, y cuya resolución sea obligatoria para poder continuar con el progreso del juego.
Si además estos minijuegos se repiten a lo largo de la partida siempre de forma imprevista, mejor, ya que incitará al jugador a estar atento al apartado sonoro constantemente.
3. Que esté bien configurado
Ni la música ni los efectos sonoros deben ser extremadamente repetitivos, no pueden tener volúmenes desvariados y deben presentar una calidad decente.
Hay que tener cuidado con usar los llamados “recursos de biblioteca”. Estos efectos sonoros y música son muy rentables y pueden presentar una perfecta calidad sonora, pero aún así tienen algo que envidiar a los recursos originales y de uso exclusivo, y es que estos últimos no los usará nadie más que tú.
En cambio, algunos recursos de biblioteca llegan a ser tan usados que todo el mundo los conoce y escucha por todos lados, hasta el punto de que incomoda el simple hecho de no ser innovadores.
Sobretodo estoy hablando de los assets que trae por defecto un motor de videojuego.
Por otro lado, descargar recursos sonoros de sitios web cuyos archivos no pasan por un control de calidad, es elegir realizar un doble esfuerzo, puesto que muchas veces tendrás que editarlos tú mismo en algún programa de audio para normalizar volúmenes y borrar ruidos.
Lo mejor es siempre obtener música y sonidos de páginas webs específicas para videojuegos o proyectos multimedia de calidad, y, si puedes permitírtelo, contratar diseñadores de sonido y compositores.
4. Inteligencia artificial para audio
Crear condicionales para el audio en un videojuego otorga variedad y personalidad a su banda sonora.
Que el avatar no emita siempre el mismo grito al atacar, o que un disparo suene aleatoriamente diferente cada vez que se presiona el botón de acción, son cosas que se hacen mucho en juegos de grandes compañías, pero no tanto en juegos indies.
En música, la composición multicapa es importante para ambientar la parte interactiva, ya que aporta un mayor atractivo e impredictibilidad. Ocurre igual con los paisajes sonoros.
La meta en este caso sería crear pistas de audio que varíen dependiendo de los acontecimientos durante el juego, de manera que la música no se repita siempre igual.
5. Amonesta al jugador
No es tan rudo como puede sonar el título. Se trata más bien de hacerle saber que si quita el audio del juego, estará despreciando el trabajo de los artistas, músicos e ingenieros de sonido.
Te cuento un ejemplo:
Si vas a añadir opciones de sonido, deberías conocer sobre un cómico detalle que incluyeron los desarrolladores en el juego Sonic & All-Stars Racing Transformed. Cuando el jugador baja el slider para nivelar el volumen de las voces, el mismo comentarista de las carreras te protesta diciéndote que vas en la dirección incorrecta, e incluso te suplica que ése es su único trabajo. Y cuando subes el slider te agradece y apremia.
Es una forma divertida de “castigar” al jugador cuando pretenda silenciar el sonido al juego.
¿Debería añadirle música a mis videojuegos?
La música y el sonido son indispensables para ayudar a aumentar la emoción en el jugador. Pero no es algo tan sencillo de manejar como simplemente agregarla a tu juego y ya está. Como todo diseñador de juegos profesional, se debe seguir unos patrones a la hora de configurar el audio de tu proyecto.
A mí, personalmente, me parece un error menospreciar la música, ya que como hemos dicho es la principal herramienta para desatar las emociones del espectador. Una obra audiovisual es una obra de audio y vídeo.
Como siempre digo, una historia puede hacerte sentir, pero la lágrima la soltarás cuando suene la música.
La banda sonora en un videojuego, sea del estilo que sea, le dota de personalidad. De ahí que identifiquemos a un juego conocido sólo escuchando parte de su banda sonora. Normalmente, la canción que suena en la pantalla de título prevé al jugador de la temática o la narración que jugará.
En definitiva, hay que aprovechar en lo posible este apartado a la hora de desarrollar un proyecto.
¿Estás de acuerdo con estos consejos? ¿Tienes algo más que aportar? Házmelo saber con un comentario. ¡Y recuerda suscribirte a mi newsletter para unirte a mi mundo musical!